jueves, 26 de enero de 2012

Volver, volver...

En el día a día la inercia nos lleva como un remolino y de pronto aparecemos sin saber cómo, en un lugar y en un momento (con los pelos revueltos) y nos preguntamos, pero... ¿cómo he llegado hasta aquí? ¿qué me ha pasado?
Hace unos días mi amiga Lola se me apareció como un ángel y me dijo: hay que volver, volver y volver una y otra vez, aquí y ahora. Volver a este momento, no pretender que sea otro momento o lugar del que es,  Ser con mayúsculas, Ser presencia, Ser amor, solamente Ser, la alegría de Ser. Donde esté y haga lo que haga. Con cualquier persona que me encuentre, un vecino, un cliente, la cajera del supermercado, un amigo...Ser amor y esa es la misión que tengo en este momento. Así vuelvo al Ser que Soy y conecto en comunión con todos y con todo.

Os dejo un texto precioso que es un regalo como tantos que me encuentro todos los días:


Confía en que estas en el lugar perfecto, en el momento preciso. 
Vive este presente como se te presenta. 
Pon atención a cada detalle y siéntelo con plenitud, es único. 
No lo desperdicies preocupándote por cosas del pasado o con ansiedad respecto al futuro, ni pensando en el lugar donde deberías estar o como deberías estar. Siempre se encuentra en nuestros corazones, en nuestro interior, lo que estamos buscando en el exterior.

Ama a las personas sin depender de ellas.
Confia en tu corazon.
Si sueltas el dolor puedes abrazar el gozo.
En este momento estas rodeado de las personas necesarias para tu crecimiento. Fluye.
Vive.
Ten fe.
Sé feliz
.

martes, 10 de enero de 2012

cosas que he aprendido (II)

Desde hace unos días me ronda una imagen de una enseñanza Zen que escuché no hace mucho.
Trata de un árbol que lo cubrían tantas hiedras que el árbol ya no se veía. Las ramas, el tronco habían desaparecido pues la hiedra era tan tupida que había hecho el árbol suyo . Este árbol es nuestra esencia, nuestro Ser. Y las hiedras son los pensamientos que nublan nuestra mente. Entonces el Maestro le preguntó al discípulo observando los dos el árbol...¿cuál es la realidad? y el discípulo dijo, el árbol, lo que pasa es que las hiedras no le dejan ver. Entonces el Maestro le dijo,observa bien; la realidad es todo, el árbol y la hiedra. Cuando meditamos nos vienen "visitas", miles de pensamientos y urgencias, pero no hay que rechazarlas, son la realidad de este momento, sólo hay que ser conscientes de ellas.
Muchas veces también en nuestra vida cotidiana, sale de nosotros de pronto la ira, o la envidia, como un animal  que llevamos dentro y sale de pronto, sin previo aviso. Y nos sorprendemos, y lo escondemos. No aceptamos que siendo "espirituales" o "buenas personas"(eso es lo que pensamos!!) salga algo así de nosotros. Pero eso es porque no lo hemos aceptado, lo hemos tapado, escondido y ahora cuando sale nos sorprende. Pero ¿de qué nos sorprendemos? Está ahí, como la hiedra, esa es también la realidad. Ser conscientes y aceptarlo todo es el secreto. Y al aceptarlo, desaparece, no nos lo tomamos ya en serio, no le tenemos miedo, ni nos escandaliza, lo dejamos que sea. Y aprendemos que el mundo no es como queremos que sea, sino como es.

Gracias a Doris, una fabulosa Maestra Zen, que me enseñó tantas cosas.