martes, 21 de diciembre de 2010

el faro de alejandría

Me siento muy afortunada de tener los amigos que tengo, tan especiales, personas que me rodean y de las que aprendo cada día. Una de ellas es mi amiga Teresa Mariposa. Ella es una mujer con una dulzura, un amor y una sensibilidad que pocas veces he visto y es que a nadie deja indiferente. Gracias Teresa, eres para mí una inspiración. Gracias por compartir con nosotros este trocito de tí .
 
 
Ella escribió este cuento, su primer cuento, que nos regala hoy a todos:

"EL FARO DE ALEJANDRÍA.
 
    Erase una vez una niña llamada Amelié.
    Vivía en una casita encalada de blanco,con ventanas y puertas de color azul-añil, con un hermoso patio al fondo, con muchas macetas de geranios y gitanillas de vivos colores, y con un pequeño surtidor en el centro.Amelié, poseía un tesoro muy especial: un árbol cargado de... luminosas estrellas. El cometido de su vida era que cada mañana al salir de casa, Amelié cogía un palito de madera -- como aquellos que les ponían a las manzanas rojas de caramelo en las ferias ¿te acuerdas?...y prendía en él una estrella.
                 Lo peculiar de ella era que a toda la persona que consideraba que necesitaba algo especial, Amelié le regalaba una estre la mágica y su deseo se convertía en realidad.
                 A la gente le preocupaba, que al ir por el pueblo regalando en todo momento una estrella, le sucediera como al ciruelo o al almendro,  , que llegaría un momento en que sus frutos se acabarían, pero esto es lo que la gente cree que acontece en el mundo real, es decir: "cuando das... pierdes"...,pero en el mundo mágico de Amelié, sucedía todo lo contrario, el árbol cada vez estaba más lleno y esto no era otra cosa que una prolongación de la fuente interna de AMOR que  albergaba el CORAZÓN  de Amelié.
                               El pueblo, que al principio de esta historia estaba como inerte, comenzó a recobrar vida y cada vez que las personas respiraban, no sólo se llenaban de oxígeno, sino tambien de AMOR.
Al pueblecito se le conoce desde entonces con el nombre de AYNA, que en árabe significa:"La belleza oculta", que no es más que el tesoro que todos llevamos oculto en el fondo de nuestro SER.
                               Recuerda que sólo tú tienes la llave para poder entrar en él, las personas que aparezcan en tu vida serán meros instrumentos para que acciones esa llave.
                        No lo dudes y ¡¡¡Abrela!!! te sorprenderás."
 
Leti querida: este fue mi primer cuentito, el título hace honor a mi querido y amigo oncólogo, PEDRO VALERO, mi faro de Alejandría,que me ayudó desde el primer momento llevándome de la mano a atravesar ese oscuro túnel, y conducirme a la luz...un abrazo muy entrañable envuelto en el SILENCIO de mi corazón.teresamariposa.-
 
 

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